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CANDY RIDE

HISTORIA

El turf argentino ha sido prolífico en grandes nombres que llegaron al plano máximo. Pero en la historia reciente el más fulgurante de ellos es el de CANDY RIDE, un caballo de carreras monumental que vio la luz en Capitán Sarmiento, se formó en Río Cuarto y brilló en todo su esplendor en los Estados Unidos.


UN CAMPEÓN ARGENTINO PARA EL MUNDO

27 de septiembre de 1999 es la fecha de nacimiento que figura en su pasaporte de identidad, en una verdadera cuna de campeones: el haras Abolengo de la familia Menditeguy.

Por RIDE THE RAILS (USA) en CANDY GIRL (CANDY STRIPES (USA)), Candy Ride fue un zaino chicuelo que no destacaba a primera vista en aquella generación de 112 productos del establecimiento. Inquieto por naturaleza, algunos golpes durante su estadía en los piquetes marcarían su suerte a la hora de la venta. El primer comprador lo rechazó al ver las placas radiográficas. Y así con otros dos compradores sucesivos. Tuvo que cruzarse en el camino con Gumersindo Alonso y sus hijos para que su destino se encaminara. Los compradores definitivos desestimaron las radiografías y lo cargaron en un trailer rumbo a Río Cuarto.

Cuatro meses llevó la preparación previa a su debut, en una de las cuadreras más emblemáticas del país: la jornada del 1º de mayo de 2002 en General Cabrera. Sobre 500 metros, frente a 8 rivales, de manera extraoficial y contrarrestando una mala largada, Candy Ride derrochó calidad y se impuso por 2 cuerpos de ventaja en 27 segundos. Héctor Calvente fue su jockey, en lugar del cordobés Armando Glades que tuvo que rechazar la oferta por otro compromiso.

Tamaña demostración motivó a los propietarios a poner proa hacia los máximos y el nieto de Candy Stripes se radicó en el stud de René Ayub.

Su estreno oficial del 9 de agosto fue igual de auspicioso o más y Glades pudo vestir finalmente los colores de la caballeriza Ojos Claros. 12 cuerpos de ventaja, en 1200 metros de recorrido y 1m09s31/100 en la arena de Palermo fueron suficientes argumentos para enfilar con chances hacia la Polla de Potrillos.

Un cuadro de tos en los días previos imposibilitó su participación en la dicha prueba y el potrillo que ya estaba en boca de todos se corrió de los primeros planos por un lapso de dos meses.

El 12 de octubre fue la fecha elegida para su reprise, 64 días después de su última aparición en la redonda. Los 1600 metros de césped del Gran Premio San Isidro fueron el marco para otra performance demoledora: 8 cuerpos sobre el por entonces dual ganador clásico Jamelao (Gem Master), con un registro de 1m32s16/100. Otra vez guiado con solvencia por Armando Glades, un jinete especialista en las pruebas de velocidad y poco habitué en cotejos de este tiro.

Candy Ride era sensación. El turf argentino hablaba de él y su fama trascendía las fronteras, a tal punto que su nombre llegó a oídos de Ronald McAnally, uno de los entrenadores más renombrados de la industria hípica norteamericana.

El 14 de diciembre, en la jornada internacional del Carlos Pellegrini, con McAnally entre el público, Candy Ride tuvo su coronación en las pistas argentinas. El Gran Premio Internacional Joaquín Samuel de Anchorena (G1) contó con 15 participantes y el caballo presentado por Roberto López fue el mejor de punta a punta. Otra vez. Otro show más para aplaudir de pie. Eclipse West (Westbridge), el mejor millero de la arena hasta el momento, lo escoltó a 8 cuerpos de distancia. Sobresaliente registro de 1m31s1/100, a una centésima del récord que aún hoy ostenta el galo Riton (Un Desperado).

Frente a los ojos del mundo, Candy Ride mostró todo su poderío y el comienzo de las negociaciones para su exportación eran inminentes.

La mañana del 28 de enero de 2003 fue la última vez que se lo vio en las pistas argentinas. Inscripto en la nómina del Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz (G1), salió del stud de René Ayub una semana antes y pasó el kilómetro en 59s3/5 en la cuarta pista del Campo 2 de San Isidro.

Llegó la jornada clásica y Candy Ride era la única monta de Armando Glades. El látigo cordobés se acercó al hipódromo más temprano de lo habitual y se enteró allí mismo que el hijo de Ride The Rails había sido vendido a Sidney y Jenny Craig, el mismo matrimonio que adquirió en los noventa a la argentina Paseana (Ahmad).

California sería su nuevo hogar y el Pacific Classic (G1), el norte de la campaña diseñada por McAnally y el anhelo de sus nuevos propietarios. Un recorrido que comenzaría el 7 de junio de 2003 con un triunfo condicional y que continuaría el mes siguiente con su primera victoria jerárquica en suelo norteamericano: el American Handicap (G2), sobre 1800 metros de césped en Hollywood Park.

En los 2000 metros del Pacific Classic (G1) del 24 de agosto, Candy Ride debió enfrentarse con el temible crédito local Medaglia D’Oro (El Prado) y su jockey habitual Gary Stevens no pudo estar en su silla a causa de un accidente.

Su reemplazante fue la amazona Julie Krone, de 1,40m de estatura y 44 kilos.

Sonó la campana de la quinta carrera en Del Mar. Medaglia D’Oro tomó la delantera. Candy Ride estuvo a punto de rodar en la suelta, pero logró reponerse y se colocó segundo durante los primeros 1600 metros. A partir de allí, Krone colocó al crack argentino por fuera del puntero, lo doblegó y cruzó el disco adelante, con 3 1/4 cuerpos de ventaja, marcando el nuevo récord de 1m59s11/100.

Aquel traspié que pudo superar en la largada repercutió en su sanidad y lo dejó fuera de las pistas por un año. Los intentos para regresar no fueron fructíferos y su futuro inmediato estuvo en la reproducción.

6 carreras oficiales, 3 en Argentina y 3 en Estados Unidos. 6 triunfos. Invicto. Candy Ride, un exponente del turf argentino como nunca hubo antes.

Hill 'n' Dale Farm fue el sitio ideal para que comenzara una nueva etapa de su ya extraordinaria historia. Sus primeros hijos nacieron en 2006 y produjo una interesante camada de ganadores, en la que sobresalieron Evita Argentina y Misremembered. En 2010, mudó sus servicios a otra cabaña de Kentucky: Lane's End. En 2018, se convirtió en el primer padrillo argentino ganador de la estadística general de los Estados Unidos por sumas, respaldado por el fantástico triunfo de su hijo Gun Runner en la Pegasus Word Cup (G1) de Gulfstream Park, con U$S 7 millones al primero. Al día de hoy, el valor de su servicio es de U$S 80.000. Sus cifras siguen impresionando. Su producción como semental ha brindado otros nombres como Shared Belief, Capt. Candyman Can, Twirling Candy, Sidney's Candy, Mastery, entre tantos otros. Candy Ride es sinónimo de excelencia a nivel internacional.

Su nombre ha vuelto a nuestra industria, quizás en cuentagotas, a través de 46 hijos importados, muchos de ellos en vientre, y ha sido puesto en relieve con los triunfos clásicos de sus hijos Celestial Candy, Candy’s Daughter y Vástago Salvaje y de su nieto Strategos.


Candy Ride ganando el Gran Premio Anchorena 2002.Joyita de marcador oficial

2003 American Handicap - Candy Ride

2003 Pacific Classic - Candy Ride -vs- Medaglia d'Oro



Gutierrez Fernando Gabriel
Veterinario del Stud Book Argentino
guetierrezvet@hotmail.com